Un periodista demasiado autorreferencial

Mientras ayer me aburría con la película Marley and Me, pensaba sobre el rol de Owen Wilson (John Grogan).
El actor hace de periodista, que además de crear vínculos con su perro (gran tema gran), se encuentra en al disyuntiva de ejercer como redactor o terminar siendo columnista.
En esa clase liviana de periodismo, el jefe de redacción le señala a Grogan, que el redactor cuenta los hechos en cambio el columnista se involucra profundamente con lo que escribe y bla bla... crisis de los 40 del reportero ...
Al leer la carta de Lanata a los lectores de diario Crítica recordé, sin entrar en desaires ni dejar de lado el reconocimiento de algunos aciertos como profesional, ese vicio en los que suele caerse llamado periodismo narcisista.
¿Qué sucede cuando un periodista comienza a hablar de sí mismo, hacerse autobombo?. ¿Qué pasa cuando la noticia es quien las crea?.
Cada vez que hablo con ciertos personajes que me cuentan que cubrieron la crisis del 2001, que van a las villas a reflejar la realidad de la gente pobre (calificativo que me transmiten) o que son corresponsales de guerra pero las imágenes que envían pertenecen al circuito cerrado de una cadena hotelera internacional.
Con todo esto me viene a la memoria aquellos que, en otro contexto, dijeron haber pisado suelo de Malvinas y tener imágenes exclusivas de la gesta. Pero en realidad llegaron hasta el extremo sur de Buenos Aires y tramitaron la pensión. O los que se "adueñaron" de las filmaciones de un camarógrafo del canal estatal de Tierra del Fuego para luego ser parte del archivo histórico de Canal 7.
Cuando alguien justifica su profesión me aburre e inmediatamente me acuerdo de una gran expresión.

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