No a la huelga de palabras

Mientras mis amigos (extremistas) de letras se quejan por la próxima Feria del Libro, porque la consideran (entre otras cosas) un espacio de mera promoción por parte de las editoriales o de algún autor oportunista del momento que se da corte por ser reconocido como el mejor compilador (o sea.., trabajan otros él corta, pega, pide a un colega escriba el prólogo que lo avale como armador de recortes) ...

En mi posición menos radical, opto por revisar mi lista de libros pendientes, actualizarla y aprovechar el momento para hacer respetar el mínimo descuento que todas las librerías porteñas brindan paralelo al desarrollo del evento.

Nunca olvidaré cuando alguien me dijo de manera taxativa: "a la feria van los que nunca leen o pisan una librería en su vida"... a lo que respondí: ¡¿y?! cuál es el problema.

Acercarse, mirar, tocar, preguntar, escuchar poner en práctica el cansancio sano de ojos con el fin de alimentar el alma y evitar la huelga de las palabras.

* Imagen woosta

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