Ya sabía que no podía durar demasiado, y que a pesar de tomar el recaudo en voz baja para que no se den cuenta. Tarde o temprano las empresas telefónicas nunca pueden ver feliz a los clientes, no esta dentro de su esencia.
El mes pasado, luego de la odisea para comunicarme con una operadora, me atiende de un call center cordobés (hay que hacer la salvedad que en la provincia mediterránea, existen ciertos convenios para fomentar la instalación de estos sitios que rozan con la explotación pero eso es para otro post).
Mi plan distribuye la mitad del costo para mensajes de texto y el resto en abono.
El mes pasado por esas cosas de la vida (personal) la empresa dispuso modificar el plan original sin ningún tipo de aviso. Y ahora si no cuento con el mínimo (0.50), pierdo el derecho a utilizar el resto los sms por más que ya los tenga abonados anticipadamente.
No termina la sospresa, sino que estaba contenta porque en Argentina no había diferencia de tarifas en cuanto al envío de sms. Pero es historia. Y como ya es parte del recuerdo, quién dice que pronto el costo de enviar un mensaje se diferencie por local, interurbano y exterior (somos del seudoprimer mundo)
Qué injusto.
Y yo que estaba contenta por algo al favor del que paga... que ilusa...
* Vía Noticias de Consumo ya estoy votando!!
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